La postal de Holanda: Volendam y Marken

Cuando pensamos en Holanda, imaginamos mujeres rubias con atuendos típicos, polleras amplias y coloridas, gorros altos blancos, zuecos de madera y una pieza de queso en cada mano.

Esto lo vemos a sólo 25 km de la capital, en la ruta que va a los pueblos pescadores de Volendam y Marken (provincia de Edam)

Es una de las excursiones de medio día que se realizan desde Amsterdam y recomiendo a mis clientes.

Con cámara de fotos a mano y ojo atento, el paisaje se ve apenas sale el bus por la N247.

Antes de llegar a Volendam, paramos en un tambo con su fábrica de quesos, donde nos explicaron sobre el proceso de elaboración e hicimos algunas compras.
Y también conocimos una fábrica de zuecos de madera, típicos en la vestimenta tradicional, usados en la antigüedad como calzado protector en las minas y granjas, tallados a mano y de uan sola pieza de madera, generalmente de sauce o álamo.
Aquí con mi compañera de viaje, María Virginia, adentro de un zueco gigante.
El recorrido continúa por las pradera de Edam hasta llegar a Volendam:
Pueblo portuario, reconocido y visitado por miles de turistas cada día. Los lugares a conocer son la Iglesia, las casas de madera, casi todas pintadas de color verde, las barcas de pesca (la especie más conocida es el arenque), bares, restaurantes dedicados a menúes de pescado y el pequeño museo sobre las tradiciones del lugar (más adelante les daré detalles sobre este museo).

Desde el puerto de Volendam, se llega en barco a la isla de Marken, que a partir del años 1957, se encuentra unida por una carretera sobre terreno ganado al mar, por lo cual también se llega en forma terrestre.
Esta isla, posee las mismas características que Volendam, es impresionante ver que la carretera queda por debajo del nivel del mar, ya que todo el camino es un gran dique.
Las casas están construídas, casi en su totalidad sobre palafitos, debido a las inundaciones que sufrían sus moradores. Y esto hizo famosa a la ciudad, donde todos los visitantes se retratan (como yo)

Y ahora, la frutilla de la torta, en el Museo, donde exponen los atuendos típicos, se pueden tomar una fotografía recreando esa imagen de las que les hablé en el comienzo del post: no es un carton donde se ponen las caras detrás, es un salón totalmente armado con muebles y adornos, proveen de la ropa y los accesorios.
Lo único que nos faltó fue la cabellera rubia, es la foto más ridícula que tengo, nos causó mucha risa, pero igual la tomamos para recordar este hermoso lugar.

Les dejo un mapa virtual para conocer la geografía de estos pueblos:

Ver holanda en un mapa más grande