Si el destino es Caribe, no vayan en Marzo!

Si bien, la mejor época para viajar al Caribe es de Marzo a Junio, que son los meses de estación seca, desaconsejo pensar en MARZO.
Mi experiencia bastó para advertirles, luego, a mis clientes las cosas que les podían pasar si estaban pensando en este mes para organizar sus vacaciones a las playas que habían soñado durante mucho tiempo.
Durante el mes de MARZO, en Estados Unidos los estudiantes universitarios tienen sus vacaciones (Spring Break). Lo recuerdo y no sé por dónde empezar.
Mi destino fue Cancún, pero lo que les cuento se repite todos los años en todas las playas caribeñas. Todo se transforma, los hoteles con sistema all inclusive limitan servicios como el cierre de algunos bares y cambian los horarios de las actividades, lo cual afecta al resto de los huéspedes.
Los shoppings, restaurantes, ómnibus y supermercados, invadidos por miles de jóvenes exaltados, gritando, bailando, bebiendo alcohol y comentiendo imprudencias. Gustan más de las piscinas que de la playa, en este sentido tuve suerte, pero mientras tomaba sol en mi tumbona, cerraba los ojos y podía escuchar acordes mezclados entre la música funcional del hotel, que generalmente pasaban música latina (hasta pudimos escuchar a Soda Stereo) y la de los equipos portátiles que sonaban a todo volumen.
Durante la estadía, contratamos una excursión a la isla de Cozumel, en el ómnibus que nos trasladaba a Puerto Morelos para tomar el ferry que nos llevaría a la isla, el guía explicó todo en inglés, y al notar que habíamos cuatro pasajeras de habla hispana (mi amiga y yo y dos turistas españolas) nos preguntó: "entendieron o quieren que se los explique en español?"
Una vez en Cozumel, preferimos abrirnos del grupo y seguir por nuestra cuenta, almorzamos en el centro, en Hard Rock (qué elección, no?) en medio de hamburguesas que volaban y los encargados del local intentando bajar de las mesas a señoritas que bailaban y cantaban a coro las canciones de moda, acompañadas por los golpes en las mismas mesas de los señoritos alentándolas a seguir.
Buscamos dónde conseguir una excursión de snorkel, y la encontramos en forma privada, una pequeña embarcación con su marinero que ofició de guía, nos proveyó de los equipos y latas de gaseosa como refrigerio, nos contó historias y rodeamos un crucero recién llegado a la isla en su recorrido por el Caribe Oeste, fue un relax entre tanto movimiento!
Al regreso a Cancún, quisimos que la cena fuera más autóctona y lejos de los estudiantes americanos, fuimos a un restaurante con show de mariachis, con vista a la Laguna, pero lejos de conseguirlo, al entrar nos preguntaron: "How many people?" a lo que respondimos: "Somos dos", la maitre respiró, nos comentó que era la primera vez en ese día que podía hablar en español y nos acomodó gentilmente en una mesa, pero nos olvidamos que junto a este restaurante, se encontraba Pat O'Brien, un bar americano, y la música se volvió a mezclar.