La capital de Navarra está lista para vivir nueve días de fiesta y encierros que con el famoso chupinazo, el lanzamiento del tradicional cohete desde la plaza del ayuntamiento de Pamplona, arrancan el martes los Sanfermines, una de las fiestas populares de España con más proyección internacional.
"Pamploneses, ¡viva San Fermín!", el grito lo dará este año el presidente de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de la ciudad, Mari Ganuza, que por tercera vez desde el regreso de la democracia a España, alguien ajeno al mundo de la política prenderá el chupinazo, informó la agencia alemana de noticias DPA.
Con el chupinazo, la ciudad del norte de España iniciará la transformación que traen consigo unas fiestas cuyo origen se remonta a la Edad Media y que Ernest Hemingway inmortalizó con su presencia y su novela "Fiesta".
Los 200.000 habitantes de Pamplona se multiplicarán estos días en una ciudad dispuesta a disfrutar.
Como cada año, lo más destacable serán los encierros a primera hora de la mañana, que arrancarán el miércoles, cuando cientos de personas correrán hacia la plaza, vestidas de blanco y pañuelo rojo en el cuello, delante de las manadas de toros que recorren las estrechas calles del centro histórico de Pamplona.
La imagen volverá este año a dar la vuelta al mundo, con cientos de periodistas españoles y extranjeros acreditados para cubrir los sanfermines.
La otra cara de la diversión son los heridos, en algunos casos incluso muertos, durante los encierros. La muerte de un joven reabrió el año pasado la polémica sobre la seguridad en las fiestas.
El corredor, de 27 años, se desangró por una cornada que le seccionó la aorta y elevó a 15 el número de fallecidos desde 1922.
Otras ocho personas resultaron heridas de gravedad en 2009, una edición en la que los servicios sanitarios tuvieron que atender a 446 heridos.
Unos dos millares de personas corren diariamente delante de los toros, una cantidad que el fin de semana llega a duplicarse.
En los últimos años, los controles y la seguridad fueron aumentando en Pamplona. Agentes de policía despejan diariamente el recorrido de los toros y supervisan que las calles están en buenas condiciones para la carrera.
El acceso de los corredores a la zona del encierro se ha ido endureciendo con el paso de los años para evitar que corran personas bajo el efecto del alcohol que se consume a raudales a lo largo de los nueve días de fiesta.
Este año, más de 3.000 agentes de policía integrarán el dispositivo de seguridad. Los servicios sanitarios se han reforzado también para hacer frente a los efectos de la fiesta, muchas veces derivados de una excesiva ingesta de alcohol.
(Télam)
4/7/10
Todo listo en España para una nueva edición de San Fermín
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