NUESTRO PAIS Y MAS...: Yo también olí a muerte

20/8/09

Yo también olí a muerte

Al pasar por el blog amigo Viajes Libres, donde Carol comenta acerca del Museo de las Momias de Guanajuato (México), recordé dos experiencias.

Resulta muy atractivo conocer el Monasterio de El Escorial (España) tanto como las Catacumbas de los Monjes Capuchinos de Sicilia (Italia). Pero nunca pensé que recordaría estas visitas por un factor común: el "olor a muerte".
En El Escorial, el paseo comienza en los jardines, la Biblioteca y la Sala Capitular, luego comieza el descenso por escaleras hasta la Cripta, donde se encuentran los sepulcros de la Familia Real, pero antes de llegar, se pasa por dos puertas herméticamente cerradas que son los pudrideros: el de adultos y el de infantes. Aquí permanecen los cadáveres cubiertos de cal por aproximadamente 25 años hasta llegar a la reducción total del cuerpo para colocarlos, luego en los respectivos sepulcros (Aún permanencen los padres del Rey Juan Carlos I).
Al pasar por allí, no pasa inadvertido el olor, los visitantes se miran unos a otros, sin saber bien qué es, hasta que alguno se atreve a preguntar al guía.
Cuando reciben la respuesta, más de uno sube corriendo las escaleras y no sigue con la visita.
Lo mismo pasa con las Catacumbas de los Capuchinos, en este caso se advierte que no se recomienda la visita para personas impresionables, pero aunque nos creamos valerosos, cuando se decide entrar a este subsuelo, por debajo de la Iglesia, con pasillos angostos y techos bajos, sin luz natural, la sensación no varía demasiado con la de El Escorial.
Las momias están al alcance de la mano, pero aquí, la reacción es diferente: comienzan las risas nerviosas, los chistes, la búsqueda de similitudes con alguna persona conocida, y otros artilugios para hacer más llevadera la visita.
En ambas experiencias, coincido, en que no interesan demasiado las historias, ni cuántos reyes hay sepultados, ni si las momias tienen sus ropas originales y fueron colocadas en ese lugar a lo largo de casi tres siglos.
Algo une estos museos y cualquier viajero que tenga buen olfato, lo sabe.
(imágenes tomadas de la red)

1 comentario:

Lidín me dicen. dijo...

Guauuu, qué feo, creo que no iría.
Besos.